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Francia: celebración en tiempos de pandemia

Las grandes dificultades del presidente Macron 

Publicado: 2020-07-14

En Francia, como en otros países, la Covid-19 ha restringido los actos de celebración de la fiesta nacional. El gobierno no llegó hasta el punto de cancelar el tradicional desfile militar, lo que, aparentemente, habría sido demasiado frustrante o traumático, pero sí a reducir drásticamente sus dimensiones y a realizarlo sin público. Además, el escenario fue la plaza de la Concordia, dejándose de lado el recorrido por la famosa Avenida de los Campos Elíseos. 

Sin duda, y más allá de cierta euforia en los lugares públicos tomados nuevamente por la población, tras el fin de la cuarentena, los motivos de preocupación son bastante más numerosos que los de celebración.

No solo por el balance en términos de víctimas mortales, que, pasado lo peor de la pandemia y a la espera de una eventual segunda ola, suman más de 30,000; también por las consecuencias económicas, que, como en todo el globo, son terribles. En Francia, se prevé una contracción del PIB de más del 10% este año, con el consiguiente impacto negativo en las cuentas públicas y en el empleo, aunque el muy desarrollado estado de bienestar permita aminorar las consecuencias sociales en el corto plazo.

Desde el punto de vista político, las noticias son también malas, en especial para el presidente Macron. Ya se había notado que, contrariamente a la mayoría de gobernantes en el planeta que vieron sus índices de popularidad aumentar por la ansiedad de las poblaciones en remitirse a sus líderes en momentos de emergencia, el mandatario galo siguió siendo castigado en las encuestas.

Lo peor es que su partido La República en Marcha, que ha sufrido varias deserciones desde hace varios meses, al punto de perder la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, ha sido aplastado en las elecciones municipales, cuya segunda vuelta se llevó a cabo el 28 de junio.

Macron se ha visto obligado entonces a cambiar el gabinete, designando a un nuevo primer ministro. El escogido para el cargo es Jean Castex, alcalde de una pequeña ciudad, y responsable hasta ahora del plan de desconfinamiento a nivel nacional y cuya ejecución le ha valido un amplio reconocimiento. A pesar de esto último, tiene un bajo perfil, por lo que los analistas en general predicen que será opacado por el inquilino del Eliseo quien, fiel a su estilo, pretende, más que nunca, y en la recta final de su mandato, ocupar plenamente el escenario. Más que presidente, Macron es, o busca ser, un “hiperpresidente”, a decir de los comentaristas.

Dicho lo anterior, no es menos cierto que el Jefe de Estado ha tenido algunas iniciativas interesantes. Una de ellas, ha sido la “Convención Ciudadana para el clima”, un curioso ejercicio de democracia directa lanzado el año pasado, a través de la participación de 150 personas comunes y corrientes designadas por sorteo y que, durante nueve meses, sostuvieron reuniones, con el apoyo de especialistas, para cumplir la misión de elaborar propuestas destinadas a que el país pueda alcanzar el objetivo de reducción de sus emisiones de gases de efecto invernadero, en por lo menos 40%, de aquí al 2030. Acaban de terminar su labor, entregando al gobierno 149 recomendaciones que, en su gran mayoría, serían aceptadas, aunque alguna o algunas podrían dar paso a un referéndum.

Por otro lado, merece también destacarse el lanzamiento efectuado el 18 de mayo, junto con Angela Merkel, de una propuesta para financiar la reconstrucción económica en la Unión Europea y apoyar a los países miembros más fragilizados por la pandemia y que, en gran parte, fue recogida por Bruselas. Se trata de una reactivación muy bienvenida del motor francoalemán, esencial para el proceso integrador.

En resumen, el 14 de julio de este año, no es tanto, para los franceses y sus autoridades, un espacio de celebración, como un momento para reflexionar y prometer redoblar los esfuerzos para superar una de las crisis más graves que les ha tocado vivir, así como al resto del mundo.



Escrito por

Francisco Belaunde Matossian

Analista político internacional. Profesor en las universidades Científica del Sur y San Ignacio de Loyola


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