#ElPerúQueQueremos

Evo Morales: “El Estado soy yo”

Publicado: 2016-12-20

En Bolivia se acentúa el proceso de fusión del Estado con la persona de Evo Morales. Así, el Congreso de ese país acaba de aprobar una ley que declara el 18 de diciembre como “Día de la Revolución Democrática y Cultural en la República Pluricultural de Bolivia”, en homenaje a la victoria electoral del mandatario en 2005, que le permitió acceder al poder.  

Esa ocurrencia se suma a otras que vienen de más atrás, como la de bautizar uno de los principales programas sociales gubernamentales con el nombre “Evo cumple”.

No sólo eso; las fuerzas armadas, que, se supone, están al servicio de la Nación en su conjunto, y no de un partido político en particular, han sido obligadas a adoptar, como parte de la doctrina militar, la ideología, o más exactamente, el discurso o retahíla de arengas del “antiimperialismo”, propio de la formación política del primer mandatario, el MAS. En ese marco, acaban de graduarse los primeros 150 oficiales que han seguido el curso de “Comando antiimperialista”, lo que ha sido celebrado con bombos y platillos por el régimen y su prensa afín.

Naturalmente, el elemento esencial de esa fusión, es la permanencia en el poder del primer mandatario de manera indefinida. Así, Morales logró ser elegido para un tercer período en 2014, recurriendo al método de “la interpretación auténtica” de la Constitución de su país, a la manera de Alberto Fujimori en nuestros lares. Previsor, a poco de ser re reelegido y de asumir su nuevo mandato, el líder altiplánico propició la realización de un referéndum para modificar la Carta Magna y poder postular a un cuarto mandato en 2019. Sin embargo, sus planes se vieron temporalmente frustrados cuando la mayoría de la población rechazó esa pretensión.

Ahora, tras terminar de rumiar la derrota, el mandatario ha declarado que, de todos modos, será candidato en 2019, para lo cual “se están examinando los caminos jurídicos más convenientes”.

En realidad, estamos frente a una evolución bastante clásica y, por lo tanto, nada sorprendente, de los regímenes de esa izquierda latinoamericana que sigue enraizada en la cultura marxista leninista, lo que la hace renuente a realmente aceptar el liberalismo político propio del sistema democrático. Es decir, la cabra tira al monte del autoritarismo.


Escrito por

Francisco Belaunde Matossian

Analista político internacional. Profesor en las universidades Científica del Sur y San Ignacio de Loyola


Publicado en