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El infractor indignado

Publicado: 2016-12-27

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha reaccionado con furia ante la adopción por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, con 14 votos y la abstención crucial de Estados Unidos, de la Resolución Nº 2334, que condena la empresa ilegal de colonización de los territorios palestinos ocupados en 1967. Ha anunciado medidas diplomáticas contra los países que la apoyaron, pero ha reservado sus diatribas más encendidas contra el saliente presidente norteamericano, Barack Obama. Es verdad que las relaciones personales entre ambos mandatarios han sido siempre muy malas debido, particularmente, a la persistencia de la colonización, pero es la primera vez que el todavía inquilino de la Casa Blanca permite que el Consejo de Seguridad condene a Israel por ese tema, renunciando a ejercer el derecho de veto que tiene su país en esa instancia. 

Aun cuando no contemple sanciones, la resolución constituye una clara derrota política para el Estado hebreo y su gobierno, especialmente porque pone nuevamente los reflectores de la comunidad internacional sobre su reiterada violación de las normas internacionales en perjuicio de los palestinos. Las autoridades israelíes no quieren que se hable del tema. Tuvieron éxito en los últimos tiempos en su empeño por sacarlo de agenda, pero, esta vez, fracasaron.

Por otro lado, es posible que haya repercusiones económicas, pues varios países, amparados en la decisión del Consejo de Seguridad, podrían adoptar medidas en contra de la importación de mercadería rotulada como israelí pero proveniente de los territorios ocupados, tal como ha hecho la Unión Europea al ordenar un etiquetado que indique el lugar de elaboración de los productos. El Perú, por cierto, debería tomar una decisión similar.

Otra consecuencia posible es que la Corte Penal Internacional pase de una investigación preliminar a una investigación plena de lo que sucede en Cisjordania y en Jerusalén Este, y que podrían configurar el crimen de guerra de desplazamiento forzado de población civil, entre otros actos delictivos.

Se está entonces ante una buena noticia para los palestinos, aunque, ciertamente, no signifique el fin de los abusos de los que son víctimas desde hace décadas ni el establecimiento próximo de un Estado propio.


Escrito por

Francisco Belaunde Matossian

Analista político internacional. Profesor en las universidades Científica del Sur y San Ignacio de Loyola


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