#ElPerúQueQueremos

La historia se acelera en Venezuela. ¿La diplomacia continental también?

Publicado: 2016-10-25

Parece que en la patria de Bolívar se está llegando, esta vez sí, a un punto de quiebre en la situación política que podría derivar tal vez antes de fin de año, a la caída la de Nicolás Maduro, en un primer momento, y, luego, del chavismo en su conjunto. La careta democrática del régimen, que, en realidad, desde hace tiempo no tapaba gran cosa, si es que alguna vez lo hizo, ha terminado de deslizarse y ya nadie con un mínimo de buena fe puede hacer como si no viera el rostro de la dictadura.     

El temor evidente es que, no obstante la determinación de la oposición en utilizar la vía pacífica para reinstaurar la democracia, la violencia gane cada vez más terreno, en particular por la agresividad de las fuerzas gobiernistas que, el domingo, han llegado a invadir el local de la Asamblea Nacional golpeando a varias personas.

Ante ese panorama, la pregunta es qué va a hacer la comunidad internacional, y, especialmente, la regional, a nivel de la OEA y del subcontinente sudamericano. Obviamente, no se puede esperar una acción en el marco de UNASUR, ni mucho menos del secretario general de la organización, Ernesto Samper, triste personaje que ha venido comportándose fundamentalmente como un portapliegos de Nicolás Maduro. Sus intentos en favor del diálogo no han conducido a nada, y han aparecido más bien como una maniobra a favor del régimen que no se ha mostrado dispuesto a ceder en nada substancial. La intervención del Vaticano como mediador no debería significar un cambio ese sentido, quedando más bien la impresión que el Papa está siendo utilizado. Por cierto, el recibimiento por el Pontífice ha servido sobre todo para dar al sucesor de Hugo Chávez argumentos y fotos de propaganda, lo que es lamentable.

Sin embargo, en otros ámbitos, con los cambios producidos en Argentina y en Brasil, se viene observando un endurecimiento de posiciones. Así, en Mercosur, el gobierno venezolano ha recibido un ultimátum. Por otro lado, varios países, entre los cuales el Perú, acaban de suscribir un comunicado expresando, en tono prudente, su preocupación e insistiendo en la necesidad del diálogo entre las partes enfrentadas. El propio presidente Kuczynski ha propalado un mensaje de apoyo a las mujeres venezolanas que protestaron este fin de semana. No obstante, parece claro que ello no es suficiente. Llegó entonces el momento de actuar con mayor firmeza tanto a nivel de la OEA, haciéndose valer la Carta Democrática y la consiguiente suspensión de Venezuela, y, en paralelo, al retiro de embajadores por parte de los países que no quieren hacerse cómplices del autoritarismo. Esto último tendría que hacerse de manera colectiva, para ser significativo.

Ante el cierre de las vías institucionales internas para salir de la crisis por acción del régimen, la comunidad internacional tiene que jugar plenamente su papel para restaurar la democracia en el país llanero. Ojalá no se demore más y acelere el paso.


Escrito por

Francisco Belaunde Matossian

Analista político internacional. Profesor en las universidades Científica del Sur y San Ignacio de Loyola


Publicado en