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Samba triste

Publicado: 2016-04-19

El gran músico finlandés, Jan Sibelius, compuso una pequeña y preciosa obra llamada “Vals triste”, algo paradójico, pues el famoso baile vienés está asociado a la alegría.  

Lo que viene ocurriendo actualmente en Brasil, podría dar lugar a una composición titulada, también de manera paradójica, “Samba triste”. Y es que, más allá de la explosión de júbilo de los manifestantes anti Rousseff, al darse a conocer el resultado de la votación de la Cámara de Diputados brasileña que da inicio del procedimiento de “Impeachment” contra la mandataria, el escenario en ese país es deprimente y preocupante.

Lo es, en primer lugar, por el mero hecho de que un Jefe de Estado se encuentre en ese trance, lo que nunca es una buena noticia.

De manera general, lo desolador es que la clase política, independientemente de que pertenezca a uno u otro bando, esté salpicada, en mayor o menor medida, por escándalos de corrupción. Eso sí significa un golpe a la democracia, y no, por cierto, el proceso en curso contra la presidenta, como algunos sostienen. Que existan motivaciones subalternas y oportunismo en buena parte de los parlamentarios opositores, no mella en nada la constitucionalidad del “Impeachment”.

También es desalentador el panorama económico, ya muy sombrío, y que, difícilmente, puede mejorar en un contexto de inestabilidad política como el actual. Ello, además, en un contexto en el que la población se muestra claramente impaciente por una serie de carencias que han aflorado con fuerza desde hace algunos años, tras la euforia del período del ex presidente Lula. Lo que pueda ocurrir en el plano callejero es de pronóstico reservado, y, más aún, si se tiene en cuenta lo señalado por diversos analistas sobre la existencia de una tensión de tipo clasista que, por el momento, es subterránea, pero que podría salir a la superficie.

No mejora el cuadro que el secretario general de la OEA, Luis Almagro, otra vez, no sepa actuar de acuerdo al cargo que ocupa, y se permita hacer comentarios críticos sobre la oposición brasileña, lo que no le corresponde.

En cambio, no es triste, pero sí grotesco, que los regímenes de Cuba y de Venezuela formen parte de los que hablen de “golpe”. En este caso, ya no estamos ante una “samba triste”, sino ante una Opera Buffa caribeña.


Escrito por

Francisco Belaunde Matossian

Analista político internacional. Profesor en las universidades Científica del Sur y San Ignacio de Loyola


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